A María Luisa Mateo
El gorrión Pitingo ha muerto y estoy desolado. Lo encontré en mi patio una mañana, sin apenas plumas, lo crié a mano con pasta para alimentar inseparables y ha estado en un jaulón unos veinte días. Sabía que un día tendría que abrirle la jaula para que viviera en libertad y lo hice el sábado por la mañana, después de llenarle el buche de comida y darle mil besos. Sorprendentemente, Pitingo no voló alto para salvar las paredes del patio y se quedó jugueteando en el rosal y los helechos, picoteando en el mantillo y bebiendo en una cerámica. Decidió quedarse conmigo en casa, donde todo han sido mimos. Sin embargo, el mismo sábado por la tarde, cuando almorzábamos, comenzamos a sospechar que algo ocurría porque no lo escuchábamos. Salimos al patio y descubrimos su cuerpo ya cadáver en un helecho. Al parecer, se enredó en alguna hierba seca y acabó ahorcándose solo. Tantas precauciones para que no terminara sus días en la barriga de un gato del barrio y ha muerto de la manera más estúpida. Les parecerá una chiquillada, pero le había cogido cariño a Pintingo el señoritingo, porque se llevaba todo el día dando respingos. Tuvo la opción de coger el vuelo y unirse a su familia, pero decidió quedarse en los helechos, al fresquito, comiendo alpiste y recibiendo mis caricias, que no siempre le gustaban. Me consuela saber que le salvé la vida, en un primer momento, porque cayó en el patio adecuado. Ha vivido poco tiempo pero ha sido feliz y lo hemos inmortalizado en La Gazapera. Pitingo el saltaringo, el señoritingo, el que se llevaba todo el día pitingueando, era ya una celebridad entre los flamencos del mundo, entre los lectores del blog. Se ha ido y me ha dejado el corazón espachurrado, como cuando pisas un tomate maduro contra la tierra. Ahora sólo podré verlo en La Gazapera, algo que haré todos los días para no olvidarme de esa pequeña criatura de plumas que en dos semanas me ha enseñado muchas cosas, quizás más que algunos de los maestros que tuve en el colegio. Me ha enseñado que se puede amar a un gorrioncito a pesar de que siempre que le daba de comer con la jeringuilla me picaba con toda su fuerza. Era un gorrión morisco valiente, orgulloso y esquivo, pero tan hermoso y simpático que me ha roto este corazón mío ya lleno de cicatrices.
Reposición
8 Comentarios
Manolo lo lamentamos bastante, sabemos de tu amor por los animales y Pitingo el señoritingo que has sido su madre y su padre, todavía más. En fin que lo sentimos, no tenemos más palabras
Gracias. Ha sido una pena, porque ya volaba para defenderse en la vida, por eso lo solté. Decidió quedarse conmigo y un fatal accidente acabó con su vida.
Gracias, amigos.
Lo siento.Hace años tuve un raro animal y también duró lo justo.No supe alimentarla.
Nunca había tenido animales y me hice la promesa que jamás los tendría.Se te van y uno, ya no está para esos vacíos que te dejan las ausencias inesperadas de seres que llegas a amar sin saber cómo.
De veras,ánimo.
manuelvallejonohamuerto
Gracias, Luis. ¡Viva Vallejo!
lo siento mucho tio a mi tanbien me paso lo mismo y da mucha pena
A Fran Pérez: Amo a todos los animales y ‘Pitingo’ me dejó tocado. Era un gorrioncito muy hermoso y se murió, dejándome muy mal. Ahora, con tantos gorriones nuevos por las calles, lo recuerdo mucho.
Gracias, amigo.
Manuel ya escribi una vez que no me parecia o no estaba muy conforme en llamarle Pitingo porque los gorriones no cantan o no tiene una voz muy afinada para el canto aunque el verdadero Pitingo tampoco canta como un ruiseñor. Lo que si ser es que en tu trabajo sobre ese pajarito se te fue un pedacito de tu corazón con Pitingo el gorrión, con el otro Pitingo se te va hasta la cabeza cuando lo escucha, si es que lo escucha que a mi me parece que tú eso no lo escucha. A mi también me gusta los gorriones pero con otro nombre.Saludos flamenco por el Mochuelo que tambien es un pájaro.
A Paco de Cái: Jajajaja. Le puse Pitingo por su parecido con el cantaor, por las plumillas de la cabeza de punta. A él le hizo mucha gracia y se apenó cuando murió. Pitingo, el cantaor, sabe cantar bien lo jondo pero está más a gusto en otras historias. Un abrazo.
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